miércoles, octubre 22, 2003

Algo que no les había contado:

Estábamos en la cocina del 3er piso (3:30 a.m.) Juan Pedro, Samia y yo viéndonos las caras...
-¿Qué hacemos?
Samia dice: ¨¿Vamos a la Tele?¨
Juan Pedro dice: ¨¿Tomamos mate?¨
Amaranta dice: ¨¿Vamos al cine porno

3:35 a.m. nuestros queridos personajes se dirigen al cine porno.

Fuimos a uno que queda a una cuadra; pero la película buena de esa ya estaba por terminar y la otra era extremadamente gay (algo así como Pedro, Jorge y cuatro marineros). Fuimos entonces a uno que estaba a dos cuadras.

Después de haber logrado que el guardia nos dejara entrar de a tres (con la condición de que nos portáramos bien...), llegamos a la sala principal... pero estaba llena (bueno en realidad había espacios vacíos, pero nos negábamos a sentarnos separados y entre dos batos desconocidos.... )

Entramos a una salita de mierda en donde en realidad no era una pantalla de cine sino una televisión y había como unos 12 lugares nada más... esta sala estaba vacía. Los primeros minutos de la película (crazy hotel) no sabíamos si nos había tocado una gay, porque la primera mujer que aparecía bien podría haber sido un hombre, una cabra o un perro... (gracias a Dios era mujer, digo para la salud mental de Juan Pedro). Esos primeros minutos de desesperación dieron inicio a la PEOR película porno jamás hecha.
Aparentemente en el remoto pueblo de Suecia en donde fue hecha no se conocían los lubricantes, era casi doloroso tener que ver tantas escenas secas!, claro que tampoco existía la depilación, ni la necesidad de hacer una buena edición (una escena estaba afuera en la nieve una pareja rubia, después en una cama un tercio, después en la cocina).

Lo divertido fue una chica que en el momento de la orgía, parecía no saber que hacer. Mientras un chico y una chica se divertían de lo más, la pobre trataba de encontrar lugares en donde lamer, pero no siempre encontraba o los encontraba tan solo de la manera más incómoda, y claro a ella fue a la que le tocó que le cayera toda la gracia de Dios en la cara... pobre mujer.

Créanme esa película se la deberían pasar a los pubertos de la secundaria, para que nunca quisieran tener sexo. Nosotros salimos un tanto perturbados del cine, y creo que a ninguna pareja esa película le habría ayudado a poner el mood de la noche.

Algo que también fue interesante fue ver a los hombres que estaban ahí, de repente llegaba un policía pero no sabías si por seguridad o porque también quería ver, había un hombre que tarareaba canciones como queriendo hacer su propio soundtrack para la película, había otros que parecían muy interesados en Juan Pedro, luego uno que se la pasó callándonos (aparentemente no quería perderse de información importante para entender la trama)... fue todo una experiencia.

Pero bueno ese fue nuestro trauma de madrugada que se me había olvidado contar. (el lema de la pelicula: It´s so cold, but it´s SO HARD!)

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