jueves, enero 06, 2011

Lo siento.

El mundo afuera estaba lleno de amigos deseos,
El mundo afuera aullaba esperando mi regreso.
Por eso los diminutos mensajes bordados,
Por eso hornear la cena, poner la mesa
y la vida en silencio, tuvieron que esperar.

Perdonen Santiago, Alana, Xavier,
bebés imaginarios, planes compartidos;
Pero el mundo afuera hacia demasiado ruido
y no habrían podido dormir en calma.
La vida de ser su madre, tuvo que esperar.

El mundo se escuchaba sobre todo en las madrugadas,
La mente despierta deseando salir a toparse con él.
Las sábanas cálidas, el cuerpo a mi lado,
una almohada cómoda y la paz, no eran lo que buscaba.
Así que, lo siento, debían esperar.

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