Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando decidas que quieres verme
y vengas.
o cuando decidas que quieres verme
y vengas.
Pensar en un destino,
en todos los posibles caminos,
esperar un momento divino...
O aceptar que soy mortal,
y, si no te apuras,
un día solo me podrás extrañar.
Nos veremos cuando tú quieras,
cuando yo pueda,
cuando hagamos el plan.
Y, dependiendo de cuándo eso sea,
nos veremos casados o divorciados,
con hijos,
de día, con la luz del sol espiando,
o de noche,
sin un deseo claro.
Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando yo te llame...
y te sepa vender la idea.
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