Nunca se me ocurrió enamorarme de él.
Iba a la playa y pasaba horas frente al mar,
solo para estar con algo tan maravilloso,
pero nunca me enamoré del mar.
Iba a la playa y pasaba horas frente al mar,
solo para estar con algo tan maravilloso,
pero nunca me enamoré del mar.
Nunca me hubiera atrevido a imaginar que tal vez el mar pensaba en mí.
Disfrutaba el frío en las madrugadas,
y la primera luz del sol,
sin pensar en invitarlos a salir.
sin pensar en invitarlos a salir.
Solo me alegraba que existiera.
Y nunca pensé en enamorarme de él.
O quizá, nunca supe darme cuenta de que ya lo estaba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario