martes, febrero 24, 2004

La información en paréntesis siempre es emocionante.

En mi cuarto en la casa de mis padres (porque también existe mi cuarto en mi depa de Tijuana, y mi cuarto en la casa de Uruguay) existen 8 cajas (6 de cartón y 2 plástico). Que contienen mis recuerdos (o mas bien las señales físicas de recuerdos grabados en mi mente).
Total. De estas 8 cajas ayer tuve que elegir la cosas que me quiero llevar a Uruguay, o sea las cosas que en momentos de tristeza traerán paz a mi corazón (como no me puedo llevar a Hernán, Armando, o a Lorena, me tengo que conformar con papeles y muñecos de peluche).

Estas cajas tenían TODO, desde papeles guardados a los 8 años hasta paletas de corazón derretidas (si, bueno, esas ya las tiré). Pasando por como 11 principios de Diarios (todos empiezan con algo como “esto no es un diario, porque soy desordenada y nunca escribo diariamente”).
También tenían una buena dotación de cartas; Algunas de amor que no recuerdo haber recibido, algunas de amor que nunca mandé y que tampoco recuerdo haber escrito, Algunas de amor que recuerdo y algunas de amor que todavía duelen (y algunas cartas pidiendo disculpas por cosas que no recuerdo haber hecho).

El caso es, que pasé una hora entre polvo y recuerdos... pensé que iba a ser una tarea difícil, encontrar las pocas cosas que me podría llevar, pero no lo fue.
Algunas fotografías no me podían hacer recordar el día en que fueron tomadas
(tan solo me recordaban haberlas visto mucho desde que las revelé), cuadernos con despedidas no me pudieron hacer recordar las amistades, corazones rojos con “te quiero” me hacían recordar a la persona, pero no el amor (y algunos objetos solo me hicieron recordar que por el momento odio a la personas que me los dieron).

Al final me llevo pocas cosas: mi Tickel me cookie monster (que mis padres me regalaron a los 17), una loncherita de HULK (que compré en Waldos), Mi libros de Olivia y The Stinky Cheese Man And Other Fairly Stupid Tales (los dos primeros de mi colección de libros infantiles), Un búho de Harry Potter (que dorkymente me compré en Londres), un perrito de peluche que mi primito favorito me regaló (y que aparte simboliza a mi perrita que ya no esta con nosotros), mi poster de Miffy y mi poster de Radiohead (el último un fantástico regalo de cumpleaños),una bolsa y unos tacones (porque allá por alguna razón suelo arreglarme). Y ya (bueno tal vez me llevaré también una pelota de Superman).

Eso es todo, ahora que lo veo una lista un tanto infantil, pero en realidad es lo único que necesito.
Si, claro. Después asaltaré el álbum familiar de fotos y el depa de Tijuana. Pero la sección A
(mi cuarto) ya está limpia y ya tengo lo que me pienso llevar.

Raro (creo que no triste) pero muy cool. Me voy.

No hay comentarios.:

Cuando andábamos

Mientas andábamos pensé que ambos mirábamos el cielo, buscando arcoíris, viendo las nubes con forma de cachorros.   Pero tú observabas mis p...