domingo, septiembre 12, 2010

Derramar lágrimas

Quiero llorar todo lo que no he llorado.
Inundar mi abdomen con las lágrimas que te pertenecen.
Quiero llorar, dormir llorando, soñar que lloro
y despertar aun con lágrimas escurriendo por mi cara.
Quiero no sea fácil, que al cuerpo le duela el llanto.
Quiero que lo escuchen los vecinos, se pregunten qué cosa trágica me ha pasado.
Quiero comprimir meses de drama en algunas horas, un día tal vez, no importa.
Llorar durante el desayuno, que mi café sepa raro.
Llorar mientras reviso Facebook, contestar mensajes, hacer comentarios.
Llorar tomando fotos; cuando las subo a mi pc, elijo unas para editar y borro otras.
Quiero llorar y sacar al perro a pasear, que en la playa otras personas caminando nos observen, deduzcan que alguien querido ha muerto.
Quiero que alguna señora me pregunte: Mija ¿estás bien?
Y yo pueda contestar: Si, señora, sólo era tiempo de llorar (seguir caminando).
Quiero llegar a casa, un poco sudada y muy llorada.
Cambiarme de ropa, porque la que traigo ya carga muchas lágrimas y pesa.
Ponerme algo cómodo y llorar mientras me preparo un té.
Llorar mientras selecciono 3 galletas de la caja de Galletas Selectas (sólo tres, porque estoy a dieta).
Y llorar.
Llorar mientras disfruto de la merienda.
Llorar mientras veo un poco de tele.
Llorar mientras bajo (ilegalmente) música y mientras la escucho.
Llorar preocupada cuando leo un libro, porque mojar sus hojas sería trágico.
Quiero llorar y preguntarme si será buen momento para la cena.
Llorar mientras examino el refrigerador para encontrar ingredientes...
(¡Demonios! ¡No hay queso!).
Llorar mientras espero que se caliente la avena en el microondas.
Llorar, cenar avena… y un durazno.
Llorar, leer un poco más, encontrar una cita interesante.
Pensar en ella, pensar en mí,
pensar en ti, llorar… volverla a leer.
(“I didn’t say I was happy with my life. I said that I was fine, as in no colds, no recent traffic accidents, no suspended prison sentences, but never mind.” Nick Hornby, High Fidelity.)
Llorar, pero no tanto.
Sonreír con un poco de culpa.

Secar las últimas lágrimas y seguir con la vida.

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