Muy como los cerezos de Japón,
el hombre del momento aparece en flor:
impresionante, magnífico,
frágil.
el hombre del momento aparece en flor:
impresionante, magnífico,
frágil.
Y vivimos unos cuantos días,
semanas, quizás meses,
si tenemos suerte.
La vida, siempre llena de florecitas,
de personas nuevas
con historias fragantes,
que se instalan un instante
y, un día, simplemente,
no estarán.