Y el ruido lo escucha atento
(el ruido se esfuerza por dejar de ser ruido un rato).
El caos lo ve a los ojos,
porque sabe que así se debe hacer.
(el ruido se esfuerza por dejar de ser ruido un rato).
El caos lo ve a los ojos,
porque sabe que así se debe hacer.
Y eso lo hace titubear.
Capaz la historia no es tan interesante,
capaz el relámpago se le va.
Capaz todo esto de verla de nuevo
es algo que podía esperar.
Lo pone nervioso, mucho.
Pero ama invitarle cervezas a esta tormenta.
Ama verla intentar ser neblina un momento,
controlar el viento de sus ojos
y el silbido de su sonrisa.
Sigue con su historia,
sobre pasaportes y pases de abordar...
El desorden se distrae,
alguien más ha entrado al bar,
el corazón salta,
el incendio, el sismo, el huracán se le va.
Los ojos del caos vuelven a él,
y todo vuelve a ser belleza.
Él, de nuevo, es hombre;
y ese rayo, por unos segunditos,
es una mujer alegre y sonrojada.