La vida tiene maneras, extrañas y concretas, de recordarme que deje de ser una pendeja.
Gracias vida, te debo una;
pero por favor, ya deja de ser una hija de puta con los demás.
Mientas andábamos pensé que ambos mirábamos el cielo, buscando arcoíris, viendo las nubes con forma de cachorros. Pero tú observabas mis p...
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